Había una vez un pequeño gusano que vivía en un acogedor hogar bajo la tierra. Se llamaba Gusanito y lo único que quería era explorar el mundo fuera de su madriguera. Había oído muchas historias emocionantes sobre lo que se podía encontrar en la superficie, pero sabía que también sería peligroso.
Un día, Gusanito se lanzó a la aventura a pesar de sus temores. Asomó la cabeza por encima de la tierra y miró todo lo que veía: altos árboles con hojas de colores, flores brillantes que florecían por todas partes y pájaros que cantaban alegremente en el cielo. Era tan hermoso que Gusanito no pudo evitar sonreír.
Pero, de repente, algo grande y aterrador pasó volando: ¡era un búho! Esto hizo que Gusanito se asustara mucho porque los búhos son conocidos por comer gusanos como él para la cena. Volviendo rápidamente al subsuelo para ponerse a salvo, Gusanito empezó a pensar en lo peligroso que podría ser ahí fuera después de todo…
Gusanito pensó largo y tendido sobre si debía aventurarse de nuevo. Entonces, un día recordó algo importante: ¡siempre debe escuchar a los adultos cuando le dan consejos! Así que, en lugar de aventurarse de nuevo al azar en el exterior, buscó a los sabios adultos que le dieron consejos sobre cómo mantenerse seguro mientras exploraba al aire libre.
Con estos nuevos consejos de seguridad en mente, Gusanito se aventuró de nuevo en el exterior, ¡pero esta vez con precaución! Disfrutó viendo todo tipo de criaturas, pero teniendo cuidado de no ponerse en peligro, alejándose de los depredadores, como los búhos o los zorros, que podrían intentar comérselo si tuvieran la oportunidad. Al final, sin embargo, gracias a la obediencia y a la precaución, salió ileso de cada aventura, que es exactamente lo que podemos aprender de nuestra historia de hoy: ¡no olvides nunca las normas de seguridad, vayas donde vayas, aunque seas un pequeño gusano que vive en las profundidades!
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