Érase una vez, en el mítico reino de Rashomon, un ogro. El ogro era temido por todos los que lo conocían y su fuerza era inigualable. Todas las noches recorría el bosque en busca de víctimas a las que robar y aterrorizar.
Un día, un joven y valiente guerrero llamado Takeru se enteró del reino del terror del ogro y decidió desafiarle de frente. Armado con nada más que valor, Takeru se aventuró en el bosque decidido a detener a esta vil criatura de una vez por todas.
Takeru se encontró por fin cara a cara con el Ogro. Se preparó para la batalla mientras la enorme bestia rugía de rabia, cargando hacia él con toda su fuerza. Con un pensamiento rápido y movimientos hábiles, Takeru consiguió esquivar el peligro cada vez justo a tiempo.
Tras lo que pareció una eternidad de combate, Takeru consiguió finalmente desgastar al Ogro lo suficiente como para que tropezara hacia atrás y cayera sobre una rodilla; esto dio a Takeru la oportunidad que había estado esperando: utilizando toda la fuerza que le quedaba dentro, ¡consiguió arrancarle un brazo del cuerpo!
Con la victoria conseguida por fin y sintiéndose exultante por su logro, Takeru regresó a su casa victorioso y con relatos de valentía difundidos por todas partes sobre la valentía con la que luchó contra un enemigo tan malvado. ¡El pueblo se alegró sabiendo que nadie más vería su vida en peligro nunca más gracias a la increíble hazaña de su valiente héroe!
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