Había una vez un perrito llamado Problema. Vivía en el campo con su familia, que le quería mucho.
Trouble siempre se metía en líos. Cavaba agujeros y corría en círculos hasta que se cansaba. Su familia tenía que perseguirle e intentar que volviera a casa antes de que hiciera demasiadas travesuras.
Un día, Trouble se encontró con un pequeño conejo que se había quedado atascado en unos arbustos. Sin pensárselo dos veces, Trouble saltó directamente a los arbustos para rescatar a la pobre criatura. Consiguió liberarlo de su apuro justo a tiempo para la cena.
El conejo le agradeció a Trouble su amabilidad y le invitó a tomar el té en algún momento para que se hicieran amigos. En poco tiempo, su amistad floreció y compartieron muchas aventuras por el campo.
Fueron de excursión por los bosques, nadaron juntos en las orillas de los ríos e incluso se quedaron hasta tarde contando historias bajo las noches iluminadas por el cielo estrellado. A través de todas estas experiencias, tanto Trouble como su nuevo amigo se dieron cuenta de que la verdadera amistad vale más que cualquier otra cosa cuando somos capaces de compartir nuestras vidas con alguien especial, como ellos dos estaban haciendo cada día desde que se conocieron no hace mucho…
Deja una respuesta