Érase una vez, en un pequeño pueblo en pleno invierno, una pareja de ancianos a los que les encantaba celebrar la Navidad. Todos los años decoraban su casa con luces y adornos de colores, cocinaban deliciosos dulces navideños y hacían regalos a todos sus amigos y familiares.
Una Nochebuena en particular, decidieron montar un espectáculo especial para todos. Sacaron todos los adornos y las luces del almacén y montaron un escenario al aire libre hecho con troncos y ramitas justo fuera de su casa.
Cuando llegó la noche, ¡llegó la hora del espectáculo! La pareja de ancianos empezó cantando villancicos tradicionales mientras bailaban por el escenario con gran energía. Todo el mundo aplaudía mientras cantaban «We Wish You a Merry Christmas» a todo volumen.
Pero entonces ocurrió algo inesperado: durante una canción, ¡aparecieron dos animales de detrás de unos árboles! Se trataba de un osezno que llevaba un brazo lleno de ramas, seguido de cerca por su madre osa que agitaba los brazos frenéticamente tratando de alejarlas. El público jadeó sorprendido mientras los osos corrían por el escenario haciendo fuertes ruidos que resonaron por todo el barrio.
Sin embargo, la pareja de ancianos se rió; en lugar de detener su actuación a mitad de la canción, decidieron improvisar: convirtiendo esta situación inesperada en un poema en movimiento sobre lo tonta que puede ser la vida durante las fiestas, ¡que todos disfrutaron mucho! Una vez pasado el incidente, nadie más se atrevió a interrumpirles de nuevo, así que, tras cantar otras cuantas canciones, terminaron con una nota alta lo que resultó ser una velada muy entretenida.
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