Mocos
Divya estaba muy emocionada por jugar su primer partido de fútbol. Había estado practicando toda la semana y estaba preparada para demostrar sus habilidades. Pero la mañana del gran partido, Divya se despertó sintiéndose fatal. Tenía la nariz tapada y se sentía demasiado débil para salir de la cama.
Se había resfriado y parecía imposible que pudiera llegar al partido. La madre de Divya vio lo decepcionada que estaba Divya y le dijo que no se preocupara, pero que necesitaba descansar si quería mejorar pronto.
De mala gana, Divya volvió a la cama y trató de dormir, pero lo único en lo que pensaba era en perderse el gran partido. De repente, se le ocurrió una idea: ¿por qué no ir de todos modos? Tras ser convencida por su madre (que no quería que nadie más enfermara), Divya decidió que, mientras se mantuviera alejada de los demás jugadores y espectadores durante el descanso, podría asistir al partido con algunas precauciones: Se puso más capas de ropa para que la gente no pudiera tener gérmenes por el contacto cercano; se lavó las manos con frecuencia; utilizó desinfectante de manos a menudo; tuvo pañuelos de papel a mano en caso de estornudos o ataques de tos; bebió mucho líquido a lo largo del día; tomó la medicación con regularidad; comió bocadillos saludables a intervalos regulares y, lo más importante, escuchó atentamente las instrucciones que le dieron los entrenadores/instructores antes de entrar en el campo.
A pesar de no sentirse bien, cuando la diva llegó al estadio, sintió que le invadían olas de emoción: ¡de esto están hechos los sueños! El árbitro hizo sonar su silbato indicando la hora de inicio
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