Érase una vez, en las lejanas tierras de Tamil Nadu, un grupo de criaturas místicas conocidas como Boochandis. Se les invocaba para que los niños reacios hicieran lo que se les decía.
Los Boochandis habían sido una parte importante de la cultura de Tamil Nadu durante siglos, y sus historias se habían convertido en leyenda. Los niños hablaban de ellos alrededor de las hogueras y los padres les contaban cuentos a sus hijos a la hora de dormir; pero un día, los Boochandis desaparecieron del mundo… ¡hasta este Halloween!
En esta noche tan especial, se decía que al abrir El Gran Libro de los Boochandis podías invocar al hombre del saco o al coco que quisieras para que apareciera y te ayudara en tus tareas. El libro tenía sus propias reglas: si alguien abría el libro sin permiso, podían producirse todo tipo de travesuras, como gastar bromas a víctimas desprevenidas que no lo sabían.
Cuando llegó la medianoche de la víspera de Todos los Santos, todos se reunieron en torno al Gran Libro de Boochandis y esperaron pacientemente mientras oían misteriosos susurros procedentes de sus páginas. De repente, un brillante destello iluminó la sala y cientos de extrañas formas empezaron a salir por el suelo: ¡se trataba nada menos que de toda clase de hombres del saco, hombres del saco y monstruos! Todo el mundo se quedó boquiabierto cuando estas traviesas criaturas pulularon por la ciudad causando el caos por donde pasaban. Pero por muchos estragos que causaran, nadie podía negar que estas encantadoras bestias trajeron consigo mucha alegría aquella noche.
Al amanecer, todos los rastros del caos habían desaparecido justo a tiempo para los que pedían dulces, que acudían a las casas esperando golosinas (¡lo que alegraba a todo el mundo!). Mientras la gente celebraba esta fiesta especial, alimentada por la energía inducida por los dulces, nadie olvidó nunca lo que ocurrió aquel fatídico 31 de octubre, cuando El Gran Libro de Boochandi nos mostró lo maravillosa que puede ser la vida cuando nos abrimos a las posibilidades mágicas…
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