Había una vez dos primos llamados Sara y Jacobo. Ambos eran muy amigos y les encantaba jugar juntos en el prado cercano a su casa. Un día, Sara escuchó una interesante historia de su abuela sobre su primo Tribulación, que vivía muy lejos, en otro país.
Sarah tenía tanta curiosidad por saber más sobre él que le preguntó si podía visitarlo un día. Su abuela aceptó y dijo que sería una buena idea que los dos exploraran su mundo juntos.
A la mañana siguiente, Sarah y Jacob hicieron las maletas y se despidieron de todos sus conocidos antes de emprender una emocionante aventura por el mar hacia la casa del primo Tribulación.
Cuando llegaron a su casa, les recibió con los brazos abiertos y les enseñó su jardín, lleno de hermosas flores. También tenía algunos animales que vivían en su granero, como vacas, gallinas, cabras e incluso un burro, lo que hizo reír a Jacob con alegría.
Después de explorar el jardín durante lo que parecieron horas, el primo Tribulación les llevó al interior para almorzar, donde les sirvió unos deliciosos sándwiches con queso de untar por encima, ¡tal y como le gustaban a Sara! Una vez terminada la comida, volvieron a salir al exterior, pero esta vez el primo Tribulación tenía planeado algo especial… ¡Quería llevarlos a pescar en barco!
Pasaron toda la tarde en el mar probando suerte con la pesca, pero no tuvieron mucha suerte hasta que, justo antes de la puesta de sol, ¡pescaron un pez gigante que parecía tan grande como una ballena! Todos aplaudieron emocionados: ¡fue un momento tan increíble que ninguno de ellos olvidará jamás!
Jacob no podía creer lo que había pasado, mientras que Sarah pensaba que debía ser magia o, mejor aún, tal vez una especie de bendición de lo alto. Fuera lo que fuera, seguro que provocó muchas sonrisas esa noche mientras todos disfrutaban de la cena juntos en casa después de un viaje tan increíble.
Deja una respuesta