Había una vez un pequeño zorro llamado Flox. Le encantaba el invierno y todos sus encantos especiales, pero este año le hacía sentirse un poco triste. Parecía que la nieve no dejaba de caer, el suelo estaba frío y duro, y por mucho que intentara mantenerse caliente, nada parecía mejorar su estado de ánimo.
Un día, mientras Flox caminaba por el bosque, oyó una suave voz que susurraba en el viento: «¡Flex! Tengo algo para ti…». Miró a su alrededor, pero no encontró a nadie. Mientras seguía caminando, la voz se hizo más fuerte hasta que finalmente se encontró bajo un viejo pino.
El árbol volvió a hablar en voz baja: «Soy un hada de los pinos encantada que vive en este bosque con mi familia de pájaros y animales. Sé que te sientes triste por la depresión invernal, así que quería darte algo especial: ¡optimismo! Aquí tienes una semilla mágica que sembrará la felicidad allí donde crezca».
Flox se lo agradeció y plantó cuidadosamente la semilla en el jardín de su casa antes de salir de nuevo al bosque. Y, efectivamente, cuando llegó la primavera, ¡había hermosas flores rosas creciendo por todas partes! Sonrió sabiendo que, aunque los inviernos pueden ser sombríos a veces, al final dejan paso a nuevos comienzos si mantenemos el ánimo alto.
A partir de entonces, Flox nunca más se sintió triste en invierno, gracias a su nuevo optimismo, que le había regalado el hada de los pinos, de buen corazón, que vivía en lo más profundo de aquellos antiguos bosques, donde aún hoy sigue repartiendo alegría en las cuatro estaciones…
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