¡No!
Había una vez una niña llamada Nosisi a la que le encantaba decir que sí. Decía que sí a su madre, decía que sí a su padre y decía que sí a cualquiera que le pidiera algo.
Pero un día, ¡Nosisi sólo quería decir que no! No importaba de qué pregunta se tratara o de quién viniera, incluso si era algo tan simple como «¿Quieres una manzana?» – sacudía la cabeza y declaraba en voz alta «¡No!»
Al principio, a todos los que la rodeaban les parecía divertido. Pero luego empezaron a molestarse porque nada parecía capaz de hacer cambiar de opinión a Nosisi en cuanto a decir que no. Su madre intentó razonar con ella, pero por alguna razón, cada vez que exponía un argumento a favor de decir que sí, Nosisi se limitaba a repetir «¡No!» una y otra vez hasta que finalmente se rendía exasperada.
Finalmente, tras muchas súplicas y probar diferentes tácticas, alguien tuvo una brillante idea: ¿por qué no intentar hablar con Nosisi sobre lo que sentía? No pasó mucho tiempo antes de que toda la familia se reuniera en torno a la mesa de la cocina para debatir todas las razones por las que Nosisi podía resistirse a decir que sí. Hablaron de posibles situaciones en las que quizá otras personas no respetaban los límites o quizá se aprovechaban de la amabilidad con demasiada frecuencia, lo que provocaba que su frustración o su ira se acumularan en su interior sin poder expresarse.
Con el tiempo, descubrieron que simplemente escuchando con más atención y dando espacio a conversaciones sinceras sobre los sentimientos -como el miedo al rechazo o la sensación de agobio- les ayudaba a entender mejor por qué esta niña de fuerte carácter seguía repitiendo «no». Después de cada conversación, las cosas se fueron facilitando poco a poco, hasta que un día, cuando alguien le preguntó si Nosion quería un helado… ella respondió con un resuelto ¡SÍ!
Todos se alegraron al oír la palabra mágica salir de la boca de su querida hija/hermana/nieta, etc. Juntos celebraron este momento trascendental, sabiendo perfectamente que cualquier nuevo reto puede afrontarse siempre juntos en familia cuando la comunicación está abierta
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