Había una vez un niño llamado Dec al que le encantaba explorar el universo. Pasaba innumerables horas mirando por su telescopio y leyendo sobre galaxias y planetas lejanos a la Tierra.
Esta pasión por el espacio le vino bien un día en que, al volver de la escuela, descubrió que su habitación era un auténtico desastre. La ropa estaba desparramada por el suelo, los juguetes esparcidos por todas partes, los libros apilados en las estanterías… era un caos.
Dec intentó desesperadamente limpiar la habitación, pero no consiguió avanzar. Desesperado, decidió ocuparse primero del cajón de los calcetines; si conseguía organizar esta única cosa, quizá todo lo demás encajara.
Pero Dec no sabía que al limpiar el cajón de los calcetines había roto sin querer el tejido del espacio-tiempo tal y como lo conocemos. En cuanto Dec abrió el cajón, empezaron a ocurrir cosas extrañas: los calcetines empezaron a volar como locos, los cajones se abrieron y cerraron sin previo aviso, los objetos empezaron a cambiar de tamaño aleatoriamente… ¡y lo peor de todo es que apareció un portal delante de él que llevaba directamente al espacio exterior!
Al poco tiempo, Dec se encontró en un universo alternativo lleno de criaturas fantásticas y paisajes extraterrestres que no podía imaginar, ¡por no hablar de un montón de calcetines! Con la ayuda de algunos extraterrestres amistosos (y muchos más calcetines), Dec se embarcó en un viaje épico a través del espacio – aprendiendo valiosas lecciones sobre la comunidad en el camino – antes de regresar finalmente a casa con una nueva sabiduría… y sí… su habitación ahora también está perfectamente limpia y ordenada.
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