Érase una vez, en una tierra lejana, dos mejores amigos llamados Alex y Ella. Les encantaban los animales de todas las formas y tamaños, pero sus favoritos eran los adorables alfapetos.
Alex tenía un libro del abecedario en el que aparecía cada letra del alfabeto con su propia mascota. Le gustaba especialmente la Z de Cebra porque era muy exótica. Ella tenía su propia colección de Alphapets de peluche que llevaba a todas partes.
Un día, mientras paseaban por la ciudad, tropezaron con una nueva tienda: ¡Alphapets Too! El tendero que había dentro les saludó cordialmente y les invitó a echar un vistazo a lo que ofrecía. Para sorpresa de Alex, había todo tipo de mascotas nuevas e inusuales en exposición: ¡desde Aardvarks hasta Cebras! Todo tipo de criaturas llenaban las estanterías, algunas conocidas y otras extrañas, como los canguros o los calamares gigantes.
Los dos niños no daban crédito a sus ojos mientras exploraban cada rincón de la tienda. Hablaban con entusiasmo de lo bien que se lo pasarían jugando con esos nuevos juguetes cuando, de repente, Ella se dio cuenta de que había algo especial escondido en un rincón del fondo: ¡huevos del alfabeto! Abrió uno lentamente y encontró en su interior pequeños animales bebé que esperaban que alguien los amara.
¡En poco tiempo, Alex y Ella se llevaron a casa su propia colección de Alphapets Too! A partir de entonces, no importaba a dónde les llevara la vida, siempre encontrarías a Alex
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