Érase una vez, en el profundo y oscuro bosque, una colonia de hormigas. Eran hormigas pequeñas y trabajadoras que llevaban números y letras a su agujero. Los demás animales del bosque encontraban esto muy intrigante.
El líder de la colonia era AntHology, una hormiga vieja, inteligente y sabia, que existía desde antes de que la mayoría de los demás animales pudieran recordar. Había visto muchas cosas a lo largo de su vida, pero nada era más fascinante que ver cómo sus compañeras hormigas llevaban números y letras por sus agujeros cada día.
Una mañana decidió investigar más a fondo qué hacían con todos esos objetos que llevaban con tanta atención. Las siguió de cerca mientras hacían su trabajo, hasta que se dio cuenta de que no sólo llevaban objetos al azar: ¡estaban creando algo!
AntHology les siguió hasta su nido, donde vio que las diminutas criaturas habían creado abecedarios con ramitas, piedras y hojas, ¡así como libros de arte experimental hechos con corteza y pétalos de flores cercanas! Al parecer, estos laboriosos insectos trabajaban juntos para crear obras de arte con los materiales que les proporcionaba la naturaleza.
Los demás animales del bosque no podían creerlo cuando AntHology les contó lo que había descubierto en el nido de hormigas: ¡que estos insectos eran capaces de crear intrincadas obras de arte directamente de la propia naturaleza! ¡Nadie podía negar lo asombroso de este descubrimiento ni negar lo especiales que son los insectos como AntHology en nuestro mundo actual!
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